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Archive for junio 2008

el barco ebrio

Mientras descendía por Ríos impasibles,
Sentí que los remolcadores dejaban de guiarme:
Los Pieles Rojas gritones los tomaron por blancos,
Clavándolos desnudos en postes de colores.

No me importaba el cargamento,
Fuera trigo flamenco o algodón inglés.
Cuando terminó el lío de los remolcadores,
Los Ríos me dejaron descender donde quisiera.

En los furiosos chapoteos de las mareas,
Yo, el otro invierno, más sordo que los cerebros de los niños,
¡Corrí! Y las Penínsulas desamarradas
Jamás han tolerado juicio más triunfal.

La tempestad bendijo mis desvelos marítimos.
Más liviano que un corcho dancé sobre las olas
Llamadas eternas arrolladoras de víctimas,
¡Diez noches, sin extrañar el ojo idiota de los faros!

Más dulce que a los niños las manzanas ácidas,
El agua verde penetró mi casco de abeto
Y las manchas de vinos azules y de vómitos
Me lavó, dispersando mi timón y mi ancla.

Y desde entonces, me bañé en el Poema
De la Mar, lleno de estrellas, y latescente,
Devorando los azules verdosos; donde, flotando
Pálido y satisfecho, un ahogado pensativo desciende;

¡Donde, tiñiendo de un golpe las azulidades, delirios
Y ritmos lentos bajo los destellos del día,
Más fuertes que el alcohol, más amplios que nuestras liras,
Fermentaban las amargas rojeces del amor!

Yo sé de los cielos que estallan en rayos, y de las trombas
Y de las resacas y de las corrientes:
¡Yo sé de la tarde, Del Alba exaltada como un pueblo de palomas,
Y he visto alguna vez, eso que el hombre ha creído ver!

¡Yo he visto el sol caído, manchado de místicos horrores.
Iluminando los largos flecos violetas,
Parecidas a los actores de dramas muy antiguos
Las olas meciendo a lo lejos sus temblores de moaré!

¡Yo soñé la noche verde de las nieves deslumbrantes,
Besos que suben de los ojos de los mares con lentitud,
La circulación de las savias inauditas,
Y el despertar amarillo y azul de los fósforos cantores!

¡Yo seguí, durante meses, imitando a los ganados
Enloquecidos, las olas en el asalto de los arrecifes,
Sin pensar que los pies luminosos de las Marías
Pudiesen frenar el morro de los Océanos asmáticos!

¡Yo embestí, sabed, las increíbles Floridas
Mezclando las flores de los ojos de las panteras con la piel
De los hombres! ¡Los arcos iris tendidos como riendas
Bajo el horizonte de los mares, en los glaucos rebaños!

¡Yo he visto fermentar los enormes pantanos, trampas
En las que se pudre en los juncos todo un Leviatán;
Los derrumbes de las aguas en medio de la calma,
Y las lejanías abismales caer en cataratas!

¡Glaciares, soles de plata, olas perladas, cielos de brasas!
Naufragios odiosos en el fondo de golfos oscuros
Donde serpientes gigantes devoradas por alimañas
Caen, de los árboles torcidos, con negros perfumes!

Yo hubiera querido enseñar a los niños esos dorados
De la ola azul, los peces de oro, los peces cantores.
-Las espumas de las flores han bendecido mis vagabundeos
Y vientos inefables me dieron sus alas por un momento.

A veces, mártir cansada de polos y de zonas,
La Mar cuyo sollozo hizo mi balanceo más dulce
Elevó hacia mí sus flores de sombra de ventosas amarillas
Y yo permanecía, al igual que una mujer, de rodillas…

Casi isla, quitando de mis bordas las querellas
Y los excrementos de los pájaros cantores de ojos rubios.
¡Y yo bogué, mientras atravesando mis frágiles cordajes
Los ahogados descendían a dormir, reculando!

O yo, barco perdido bajo los cabellos de las algas,
Arrojado por el huracán contra el éter sin pájaros,
Yo, a quien los Monitores y los veleros del Hansa
No hubieran salvado la carcasa borracha de agua;

Libre, humeante, montado de brumas violetas,
Yo, que agujereaba el cielo rojeante como una pared
Que lleva, confitura exquisita para los buenos poetas,
Líquenes de sol y flemas de azur;

Yo que corría, manchado de lúnulas eléctricas,
Tabla loca, escoltada por hipocampos negros,
Cuando los julios hacían caer a golpes de bastón
Los cielos ultramarinos de las ardientes tolvas;

¡Yo que temblaba, sintiendo gemir a cincuenta leguas
El celo de los Behemots y los Maelstroms espesos,
Eterno hilandero de las inmovilidades azules,
Yo extraño la Europa de los viejos parapetos!

¡Yo he visto los archipiélagos siderales! y las islas
Donde los cielos delirantes están abiertos al viajero:
-¿Es en estas noches sin fondo en las que te duermes y te exilas,
Millón de pájaros de oro, oh Vigor futuro?

¡Pero, de verdad, yo lloré demasiado! Las Albas son desoladoras.
Toda luna es atroz y todo sol amargo:
El acre amor me ha hinchado de torpezas embriagadoras.
¡Oh que mi quilla estalle! ¡Oh que yo me hunda en la mar!

Si yo deseo un agua de Europa, es el charco
Negro y frío donde, en el crepúsculo embalsamado
Un niño en cuclillas colmado de tristezas, suelta
Un barco frágil como una mariposa de mayo.

Yo no puedo más, bañado por vuestras languideces, oh olas,
Arrancar su estela a los portadores de algodones,
Ni atravesar el orgullo de las banderas y estandartes,
Ni nadar bajo los ojos horribles de los pontones.
la nave va

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poemas mios y para chus pato

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calles orales

como campos de concentracion

se pudren las periferias,
no hay solucion ante esta desolacion de guerra permanentemente,
los espacios urbanos hace tiempo que son pobres campos de batalla. ¿Que podemos hacer?
Y entonces tu, cruda, desnuda, al borde de una mesa donde el pan y el vino se ordenan
segun mi voz te toca.
solo los dedos de mi voz te miran.
Asi, tan cruda,
como la sangre de la tarde,
como la sangre roja del alba,
transparente para los ojos
pero roja para los dedos,
ahi, tu, aupada en la carne de los sueños
ahi, justo ahi,
donde las ventanas
trabajan sin descaso,
volando sobre todo este campo de exterminio
que son las periferias,
las orillas rotas, reventadas,
roidas,
las periferias de la abundancia,
de la puta pobreza de la abundancia.
Pero estas tu, ahi, cruda,
como la lengua de los sueños


Un tren, un dia
entre los cascotes
el sol como un perro mas
ladra
a la niña transparente.
entre las ramas de acero
el humo envenenado de la chatarra.
Tambien hay una cocina
que huele tus bolsillos
como una mano.
La niña se confunde con una cacion de barro,
su idioma es como un tam-tam,
crece como si tambien la hierba
fuera fresca,
en sus labios un riachuelo de risas,
entre sus dientes,
briznas.
El sol con el rabo entre los escombros,
ladra,
aqui hasta los pajaros ladran.


para CHUS PATO

el capital es analfabeto

y Lot un mal ejemplo
de emprendedor.
Hace tiempo que las llamas
son comestibles
y una eternidad
arde en el corazon de la abundancia.
Una voz poniendo orden
es una bomba de racimo
deflagrando en pleno cuento.
Quien traduce
mi lengua
hasta haber perdido mis labios?
Mira mis ojos, maldita sea,
mira mis ojos
lamiendo lagrimas de tu sexo insomne,
mira mis ojos,
que jamas miraran los tuyos
afincados como estupidas franquicias
en el futuro envenenado
de un Mar de Piedra sobre Piedra
Arrastra tu amor inutil
convertido para siempre
en un sueño de sal
y con el
la imposibilidad de oir el mundo,
condenado irremediablemente
a no REGRESAR jamas.
Mientras, en mis campos de sal
se lamen y se curan las heridas
los perros del paraiso
sus ladridos convocan a los ladrones
de cadaveres.
Ahora, lejos de tu miserable vigilancia,
olfateamos la mesa recien puesta
y la musica encarnada
de las mujeres sin prisa
Y Al fin las ruinas
crecen
entre los tiernos brotes del olvido
haciendo
de la luz
la sonora clepsidra
de los dias sin techo

de jo

cielos enormes

vuelos sin pajaros

purisimos vuelos

una red de luz

del tamaño de la luz

y el dolor del mundo

plagiando su esperanza

interrogaciones salvajes

como besos de racimo

revientan la hipocresia

dejando petalos en fosas

nidos intachables

para criar todo

menos venganza

pero anegandonos de verguenza

hasta donde

¿hasta donde?

suave destruccion, amontonar los restos del naufragio,
hacer astillas la luz que la pared come,
sacar fuerzas de flaqueza y hacer sangre con las manos desnudas,
llenas de sangre,
recoger los escombros, los restos del naufragio,
apilar la derrota sin perder la sonrisa,
una sonrisa que el cinico odia.
El hogar, el barco, la lumbre,
son el lugar donde mis pies ponen raices al olvido.
Tirar los muros, acariciar el fuego,
abrir la puerta y las ventanas en pleno cielo,
doblar el muro sobre la luz,
doblar el muro y regresar.

LAS ALGAS FEBRILES DE TU OCEANICA CHARQUITA
(junio 2008)

aqui, entre tus felinos voraces
dejando el paraiso a un lado
soplo la lengueta mojada de tu insacible cuchitril
rodeado de olas
opiparas
que se bajan las bragas de espuma
como diosas disparatadas
ante los erectos peces
que mis dedos crian
bancos sobervios y resbaladizos
regatean tu febril socorro
No hay nada en los alrededores de este planeta
que sea capaz de calmar el espectaculo
negro
de tu primer grito
redondito maleable calidamente tibio chocolatina turbia cien por cien chupable
y ahi todas fieras mirandote
la parte nuda de tu carnosa danza
la pulpa encarnada que plagian todos los seres
en sus coralinas huevas
mareas babeantes
masoquistas nubes nubiles cunilimbus
cunilingue
trafico
ilegal zoco bazar clandestino
oceano poseido
por tus labios vernaculos, tus livios cantos
y las orillas de canto
envidia irresistible de mis ensalivados acantilados
pajaros obscenos
palpitos en carne viva
abierta a la canal
la gruta de seda que los angeles caidos
custodian
como si caballitos de mar
les equivocaran de ruta
Todo patas arriba
siguiendo tus divinas enseñanzas
hasta los ciegos te vislumbran
entre las algas
donde estan a punto de nacer
las criaturas bivalvas mortales e irresistibles
brisas verdes como niñas de los ojos
soles poligamos
negros como arañas de luz penetrable
obsesivos acantilados
del tamaño del sexo de los lamilibranquios
labios abiertos
como blancanieves en sueños
frigidas lunas madres de todas las pequeñitas muertes
que nos amantan en los apeaderos de la pasion
locuaces islas
que sorben
las medulas adorables del seso cuando duerme
lascivas caracolas
hermitañas amantes de los fondos sonoros
del tamaño de tus uñas
silencios enrojecidos por la actividad de un dedo
risas al rojo vivo
llenando de quemaduras los bordes de las postales
Maleficos niñatos
que mueren por el aroma de las virgenes
cautivadores asesinos de la cintura para arriva
que reclaman un reino como anillo al dedo
y las olas bajandose las bragas
con todas las oquedades del fondo
hirviendo de peces
de erectos peces y encima ciegos
como si apasionados de los petalos
bajo el rocio bajo la noche bajo las sabanas bajo tus bragas
ahi abajo
alto solar
ara pacis
ara pacis
ara pacis
quitolipecatamundi
la vida empapada hasta las cachas
patas arriba
los muslos al aire
mis ojos titilan febriles las hojas
que suculenta hecatombe
suena
en un beso de pura lluvia
musica encamada
oscura ofensiva
de una primera promesa
sobre un sofa transparente
en el garaje de la orilla
donde la luna administra
la leche acre del alba
en el nucleo atomico de la eternidad
es tan calentito el abismo
tan calentito
que mi alma y tu se tumban
se duran
se chupan
se empalman
y en un amen se mueren

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