las cosas de cocinar
cuelgan como promesas
de xantares que murmuran
hay tiempo para todo
cuando el frio acampa
y las lumbres comestibles
se maceran entre las manos
de noviembre, calmo arbodio
mostos de luz envuelta
suenan bayas y huellas
los animales peludos
rebuscan hasta sacar las raices
de una melancolica pausa:
es el dia un herbolario repleto
de ojos buscando leña,
buscando tumbas encendidas
arboles antiguos e imparables.
Los frrutos armados
se ofrecen a la paciencia de los labios
y un lenguaje mimetico
plagia la danza de la muerte.
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