las cosas de cocinar
cuelgan como promesas
de xantares que murmuran
hay tiempo para todo
cuando el frio acampa
y las lumbres comestibles
se maceran entre las manos
de noviembre, calmo arbodio
mostos de luz envuelta
suenan bayas y huellas
los animales peludos
rebuscan hasta sacar las raices
de una melancolica pausa:
es el dia un herbolario repleto
de ojos buscando leña,
buscando tumbas encendidas
arboles antiguos e imparables.
Los frrutos armados
se ofrecen a la paciencia de los labios
y un lenguaje mimetico
plagia la danza de la muerte.
Hacía tiempo que no me encontraba un puñado de poemas tan extraordinarios en un blog. Durante un buen rato he andado por tu utramarina con la boca abierta. Eres un salvaje con metáforas en las cartucheras.
Un abrazo, y gracias por la reseña de Mr. Dylan Thomas.